En la vida, es realmente difícil derribar a quienes nunca se rinden, y Aries, sin duda, tú eres uno de ellos. Puede que a veces no te valores lo suficiente o sientas que tu carácter te juega en contra y te culpes por todo, pero precisamente esa es una de las razones por las que eres incomparable.
Detrás de cada logro en tu vida hay sudor, esfuerzo, sacrificio y una energía positiva increíble. Atraes lo que eres, Aries, y cuando iluminas el mundo con tu luz, esa luz vuelve multiplicada hacia ti. Eres incomparable porque es realmente complicado estar a tu altura; es muy difícil seguirte el ritmo. Eres Aries: cuando los demás están llegando, tú ya estás de vuelta. Competitivo, luchador y siempre mirando hacia adelante. Puede que en momentos de dolor te sientas paralizado, sin saber qué hacer o hacia dónde ir. Pero hay una fuerza interna que te impulsa a seguir, esa voz en tu conciencia que te dice «levántate porque la vida continúa». A pesar de desamores, decepciones o traumas, Aries, haces el bien en el mundo.
Eres incomparable porque, cuando alguien realmente se pone en tus zapatos, no aguanta ni dos horas. Tu ritmo de vida es a menudo demasiado para la mayoría de las personas…
Además, tristemente, a veces solo te valoran cuando ya no estás. Cuando te has ido, cuando te han perdido. Muy pocos supieron apreciar esa pasión y esa energía que llevaste a sus vidas… Y cuando te vas, dejas un vacío enorme y difícil de llenar. Un vacío que a veces duele demasiado. Buscarán ese fuego y esas emociones en otros besos y abrazos, pero superar los tuyos será muy difícil. Es imposible encontrar lo mismo en otra persona.
Recuerda que tú trajiste emoción a sus vidas, altos y bajos también, sí, no eres ningún santo, pero también trajiste vida. Fuiste tú quien añadió un toque de energía y luz a su alrededor, y les enseñaste lo que es la adrenalina y la emoción por todo. Eso te hace grande, Aries. Eres un amor que no se olvida nunca.